Hojas de luna.

  Cerré los ojos y me hice deseo en la textura placida de tu mano, me pose frágil y desnudo como un pétalo cortado entre las yemas de tus dedos, temblé como una espiga de mies a la que cortan por los pies al sentir el susurro de tus suspiros, me hice azul de diluvio y me trence con tu viento vi la espiral de tus sentimientos venir, como una brisa discernida en el silencio de tu pureza, mientras, sentía el ocaso de tus pupilas abandonar la realidad del mundo y volar a la primavera de los sueños, yo se que pusiste todo tu empeño y la fuerza de tu corazón enamorado en que los violines del fulgor pusieran sus notas en el camino al que me arrastraba tu luz interior y me alce en tu exhalación, para hacerme un hueco perpetuo entre las aurículas de tu corazón. Imagen: Alberto Pancorbo  A veces quiero ser irreal, como una poesía de sueños, hacerme perpetuo en el vuelo de tus sentimientos y vivir como una pluma sin peso, allí donde tu luz interior ilumine la plenitud de tu amor.

  Fugaz. Los labios fueron alquimistas conjurando los deseos de un pretérito cercano que dormía impaciente entre tu mente y mi mente, un paréntesis liviano en los románticos aromas de un tiempo consonántico puso la rapidez a la docilidad de las pieles, y así, con la urgencia de un frenesí contenido nos mostramos desnudos en aquella cuna de amor. Fugaz Las manos no querían sacrificios en un tiempo sin promedio todo era directo en la consagrada latitud de nuestro encuentro, corría la sangre por los caminos de la avaricia, no había palabras que contuviesen las ganas solo torniquetes de dulzura volando entre nosotros de forma prematura. Fugaz Un tú y un yo una zozobra de amor, el tiempo consumiéndose en un alba de vida, un nosotros demorándose en la intensidad de los instintos, no era prisa, ni legitima prontitud tan solo una fugaz estrella que nos unió.   📷Miss Tigri© – Les Bambous

  Hay dos horas dispersas conjugando diafragmas diferentes, sendas legítimas que se adhieren a la piel, sobredosis de calentura y esquejes de plenitud, yo en el terciopelo de tu deseo fingiendo la ignorancia de mis expectativas y tú en la sedición de un menguante expresivo que enjaulas entre vientos de ansiedad que borran corazones sobre la arena.   Nadie teme a las arenas, ni ofusca la desnudez de su perfil, pero en la solidez de la distancia se muestran sus ilusiones, desmigamos margaritas de sol en columpios de sueños intensos que viajan como manjares de amor en barcos de cristal que dejan estelas de metáforas en mares sin saciar.   Horas extraviadas de fértil sentir, faltas ensimismadas que se dejan latir, horas cosidas en ti, en mí. 📸©Dani Heriyanto – See a Little