Alcanzando.
Hay algo en mi
que cada día se hace más incierto,
la lisonjera parálisis
de un cuerpo abierto,
el abandono mutante
en las huellas
de los afectos,
la tímida capacidad
de andar sin inercia
y devorar la belleza
que nunca expira
en los sentimientos.
Nace el desparpajo
entre las raíces
de este atrevimiento,
ya no quiero
el vulgar entendimiento,
me prometo aspirar
a otro estadio
del entendimiento.
Lo lamento,
esto es un juramento,
esto es un juramento,
un trance en mi aislamiento.
Árida incidencia
culmen de sed,
la plácida alquimia
de un regocijo errante,
el insensato atrevimiento
que ya no me lastra,
¿es que no soy yo
el príncipe de mi destino?
Voy a fugarme de mis encierros.
📷©Sam Weber
El Autor: Agapxis 
Hoy es 
Príncipe, Rey... Amo o bufón... somos sin duda los dueños de nuestros destinos.
ResponderEliminarQué difícil es a veces huir de nuestros encierros. Precioso poema, Agapxix.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un abrazo.
Es un poema reflexivo, me ha gustado este poema, algo diferente a los otros, pero siempre bellas tus palabras.
ResponderEliminarBesos, poeta.
Hay momentos inciertos en la vida, carencias de afecto, necesidad de abandonar o resistencia; y en eso se nos van las primaveras y nos quedan solo otoños. Es valioso cada estación y no hablo de vivirla sino sentirla.
ResponderEliminarEso dará la paz, sentir y vivir quemando cada estación. Lo que no sentimos es lo que a la larga nos hará falta.
Hermoso escrito estimado y muy buena reflexión que dejas.
Fuerte abrazo
A veces es bueno fujarse de esos encierros, un trance de aislamiento...
ResponderEliminarel tema que lo acompaña muy bello, mi admiración siempre Poeta.
Muchos besos y que tengas un bonito día.
Somos el rey de nuestro destino, nada como la imaginación para escapar de cualquier encierro, la imaginación son nuestras alas de libertad total. Besitos!
ResponderEliminarTotalmente, Agapxis, libre o prisionero, príncipe o rey, transmites profundo
ResponderEliminarBeso
Hola Agapxis, buenos días amigo. Se me había pasado esta poesía, un inocente pecado.
ResponderEliminarSiento me duele mi realidad toda con cada uno de tus versos. A veces la vida nos lleva a callejones sin salida y debemos inventar una, sea cual sea, pero que resuene con nuestra esencia para una vez fuera, continuar tranquilos, aunque inevitablemente tristes, por un tiempo, que nunca sabremos si será breve o extenso. De lo contrario caemos en una abstracción y somos víctimas de nuestra propia necesidad de amar y ser amados. No obstante nuestra fragilidad emocional, cuando nos sabemos excesivamente sensibles y reactivos, debemos buscar el equilibrio de la calma y ser objetivos, a veces en estas situaciones hay dos, un niño y una niña heridos, esperando un abrazo.
El final me parece maravilloso, el aislamiento debe ser corto, pero muy fructífero y generoso.
Eres inmenso, no solo de la poesía sino de los sentimientos humanos y ambos juntos crean una explosión. Mi abrazo lleno de admiración y afecto. Paty