Nos eleva.
Un deseo impostado de sensaciones
invade la tarde
y una plegaria ruega tu celo,
mártires son las lágrimas de jade
que mueren en mi blanco pañuelo.
Sobre mi pecho descansa tu desdén,
entre diástoles
que te lanzan al cielo
y sístoles que calman tu desconsuelo,
mientras te arropo
con sabanas de fino satén.
En la realidad de lo supuestamente privado,
se instala un silencio
precursor y pagano
y al calor de la sabana
se aventura mi mano,
palpando la carne en un diálogo tembloroso y excitado.
Se quiebran todos mis sentidos,
cuando por debajo de tu vientre
mis palpos concluyen en gemidos
y brota caliente el flujo de tu aguardiente.
Tus ojos cerrados,
tus labios ansiosos,
buscan un beso casi tembloroso,
las bocas se juntan
en el sueño del deseo
donde ya nacen uno a uno los jadeos.
Feroz se desviste el cuerpo en deseo,
dilapidando la calma del desamparo,
la necesidad se columpia
entre ternuras,
quemazón, caricias y posturas.
La sangre en súplicas y entregas se templa,
los jadeos se eclipsan en mis sienes,
mientras yo voy, sé que tú vienes,
ciego es el deseo
que de lo terrenal nos eleva
en delirios sin igual.
Hola Agapxis, entro por aquí de vez en cuando, no eres muy acrivo en tu blog, cosa que me gustaría que hicieras. Me gusta como escribes...
ResponderEliminarEres un gran poeta, llegas hondo.
Aviso, a veces, bloguer me la juega.
Amistosamente.
Un poema intenso, con fino erotismo que lo hace sumamente atractivo, metáforas insinuantes y belleza en cada uno de ellas
ResponderEliminarUn abrazo Agapxis
Todo un deleite como siempre tus versos, la sensualidad te nombra y esa pasión brota...
ResponderEliminarY que mejo que elevarse en un vuelo.
"mientras yo voy, sé que tú vienes,
ciego es el deseo
que de lo terrenal nos eleva"
Una maravilla... sin palabras me dejas.
Besos y que tengas un bonito inicio de semana.
Y en ese ir y venir de las almas enlazadas, todo fluye en infinita sincronía
ResponderEliminarBeso, Agapxis