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Mostrando entradas de julio, 2023

Mi nube

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  Y, a veces un día es para esconderse entre mis propios verso, Y, a veces un verso atraviesa esa nube que converti en zona de confort y consigo caer de pie  y hacerle caso a mi razón. Yo hubiese jurado que las amapolas eran simpáticas damas encarnadas ofreciendo refrescos de consuelo entre columpios de tentación, pero apareciste tú, y dejaste cada uno de tus nombres en los pétalos de terciopelo que al desaparecer dejaban su veneno dispuesto a inocular mi piel. Todo tiene su sentido hasta la escuálida metáfora que desvariando se me ha perdido,  golosina indiscutible que tú, en otros ojos has percibido, y yo, otro día más aquí andando tras la nube que ahora pienso en razón… nunca tuve. Ya no me lamentó puedo percibirte en otros fuegos mientras se disipa está nube que conjugaba el verbo  de mis versos, y del pretender te ser tras tu vuelo, te pretendo lejos. Imagen: Paul Apal’ Kin

Introspección.

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En la quietud de la noche  me encuentro, abrazado al silencio  abriendo las pausas del delirio bajo una luna en su esplendor. El tiempo se escurre entre mis dedos, mientras bebo de la nostalgia,  hasta saciarme de dolor. Un mar de pensamientos  me envuelve, como olas que rompen  en la orilla de mi mente, y quieren alcanzar mi solitaria decadencia. Bajo un cielo estrellado,  mi alma desea, hallar la paz en este  vasto universo ausente, donde sigo perdido sin corazón que me abrigue. Mañana, quizás, las lágrimas broten, como gotas de rocío en el césped  del amanecer, y yo, siga necesitando conjugar el verbo comprender. Observaré las hiedras en la sombra de mi impotencia,  que crecen y se ocultan, buscando consuelo  en un mundo por comprender. Mi sonrisa será un recuerdo difuso, una sombra tenue en el lienzo del olvido, donde el tiempo arañará  mis sueños confusos, y buscaré refugio en lo que una vez fui. Un mascara raída cubrirá mi rostro, pero en el íntimo rincón  de mi ser persistirá, e

Llegaremos tarde.

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  ¿Cómo se habitan los ojos que no quieren olvidar? ¿cómo sacrificio mi temblor en tu otro temblor? si las sábanas están frías y el frío en las lenguas congela el amor. Llegaremos tarde en las horas que cruzan el mundo y no habrá explicaciones en las coartadas de esta soledad que nos ha debilitado y nos margina al espacio más individual. Seremos rehenes  de las voces irritadas, de las estériles sonrisas muertas que se deshilvanan en los egoísmos que duelen cuando las verdades engañan. Desharemos la vida espalda contra espalda como en un duelo de armas esperaremos las travesías de las mismísimas balas y sentiremos las heridas rasgar los corazones  mientras el amor se desangra en su dolor. Consumiremos el tiempo sin saciar nuestros perfumes, ni las herencias de las ternuras que nos serán irrevocables en las fisuras del alma y nos haremos opuestos, extraños desterrados con corazones abandonados despojados, secos de amor. imagen: Miles Johnston.

Amapolas encarnadas.

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  Yo rastreo la inaudita lozanía de tus palabras, llenas de hemorragias conquistadas en el énfasis de una gracia invicta, me detengo a la sombra de una luna invertida de cócteles de amor, para ver la caída temprana de tus cabellos en el reflejo del tocador, el cristal precipita tu espalda y la luna ilumina tu cara y en su reflejo se queda condensada la llama que ardió en la madrugada. Todavía el ambiente palpa el sueño de siluetas que se ensamblan, los matices de pudor sobre ríos imperfectos de sudor esforzados sobre la carne de dos aves fénix en ardor. Hostiles se apaciguan los ecos de los sonidos que derrotaron tus ganas, mas yo cierro los ojos, aun sentado en el alféizar de esta ventana y en el túmulo de la claridad del alba me suicido con mi sermón de desidia pagana, se zurcen en puntadas tus palabras a tus labios enganchadas y nace el silencio de las hemorragias tan granas de amor cual amapolas encarnadas. Imagen: Anka-zhuravleva

Mirando al mar.

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No fue suficiente con dejarte la eficacia de los impulsos  sobre la mesa de la mesura, el parpadeo de tu corazón fue traicionando los secretos de tus ojos, no pude coronar los inventarios de la noche y quise seguir el día sentado frente al mar pixelando presentimientos que no tendrían futuro. Dicen los arcanos que no escriba con ida y vuelta, ni siga tus periferias con metáforas y viceversa, que los rituales improvisados devienen realidades que dejan residuos en las bocas del amor. Y sin embargo tus caramelos vanguardistas endulza cada milímetro  del argumento que consigue supurar mi imaginación. Amanecer en este mar verdadero con las ventanas impacientes me hacen olvidar tus paisaje y enredarme solitario en la realidad que se dilata por un sol de justicia que me apremia y me enajena en el vicio incontrolable de  escribir te  para des cribir te. en un deseo insaciable. Imagen: Mónica Luniak  

Inmortal

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  Ella me amaba en su poesía  como ama su verbo la sílaba secreta en la trayectoria de un suspiro dispuesto a alcanzar el cielo. Ella me amaba en la probabilidad estimada del sobresalto de su verso y en el pánico que libre bailaba en sus silencios. La destreza existía en su infinito y yo era la presencia de un límite en el delta de su cuerpo, el choque de las caderas derramando lava sobre la combustión de su desierto. Concreta la realidad acontecía inseparable entre los versos inefables que construyeron mi refugio en palacios inalcanzables y en recitados amables me enseñó a contemplar las tristes verdades que fluían en nuestros manantiales. Ella me amaba y escribía la curtida palabra que bebía de su rima en blancos pedestales y me hacía imperfecto, amando mi coraza, en la cautelosa danza de mis vientos abiertos. Ahora soy poesía,  inmortal lamento en algún recuerdo  de su poetico sentimiento Imagen: Jeroslaw Datta.

Arriesgarme

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Quisiera arriesgarme a escuchar a la esperanza rota que me susurrar tu nombre en las noches de desdén, donde el tiempo se consume en suicidios ingratos que buscan tus ojos. Y es que, te cuelas en mis sueños, amedrentando tu ausencia como una campana nueva que replicase su grito para lanzar su custodia a  los oídos ajenos y te busco en lo más profundo de mi sonámbula incertidumbre, donde crece un lecho de magnolias de blanco inmaculado, que quisiera remover con mis mano para moldear tu figura, es tan difícil adivinar tus ojos... cuando ni si quiera se han hecho visibles a mi imaginación, esa que en mis sueños toma directrices en los vuelos de ansiedad en que has convertido las horas de mis días. Me estremezco abrazándote sin fondo que sacie mi síntesis de ti y en el naufragio de esta tormenta de ausencia, me aferro al espacio de una luna que lleva clavada tus ojos, tan lejanos como la sombra a la que me entrego en los silencios cargados de delirio por los que te recorro intentando llega

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Gracias a los que en algun momento de mi caminar me han acompañado por estos senderos.

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