Mi nube
Y, a veces un día es para esconderse entre mis propios verso, Y, a veces un verso atraviesa esa nube que converti en zona de confort y consigo caer de pie y hacerle caso a mi razón. Yo hubiese jurado que las amapolas eran simpáticas damas encarnadas ofreciendo refrescos de consuelo entre columpios de tentación, pero apareciste tú, y dejaste cada uno de tus nombres en los pétalos de terciopelo que al desaparecer dejaban su veneno dispuesto a inocular mi piel. Todo tiene su sentido hasta la escuálida metáfora que desvariando se me ha perdido, golosina indiscutible que tú, en otros ojos has percibido, y yo, otro día más aquí andando tras la nube que ahora pienso en razón… nunca tuve. Ya no me lamentó puedo percibirte en otros fuegos mientras se disipa está nube que conjugaba el verbo de mis versos, y del pretender te ser tras tu vuelo, te pretendo lejos. Imagen: Paul Apal’ Kin