Destreza sabía de mi vida
Sabes…. no sé si puedes imaginar lo que cuesta abrir los ojos cuando caminas por un silencio eterno que se ciñe a tus espaldas y en el camino se abre el surco que va dejando la impronta de tu alma, quizás uno no este hecho del hierro que pueda labrar las marcas, pero yo sé que también la paja con su suavidad desgasta y deja igualmente su traza, cuantas veces nos escudamos detrás de la armadura férrea e inmaculada de los valientes, incapaces de mirar atrás y demostrar un ápice de ternura, para que nadie sospeche de nuestra fragilidad, la cual se desestructura una y otra vez a las ventanas del alba.
Sabes… que las lágrimas volverán acompañadas de la angustia y te dejaran frente al abismo del miedo a seguir caminando con el peso de ese maldito silencio en el que la conciencia sisea como un viento envolvente, las palabras que dictan tu caminar.
Y sabe que estás solo.
Por eso necesito el punto de la palanca donde apoyarme con entrega en todo lo que condensas, donde abrazarte para desvestirme de ese miedo, para desnudarme a un amor entregado y puro sin esquivas ni protestas, sin cadenas que agobien, ni necesidades que lo martiricen, tan solo la confianza puesta y fija en el fiel de la balanza.
Destreza sabia de mi mente
que te busca desesperada.
Reflejos de música inundan
los ecos de mis silencios,
en el rojo se incendia el cristalino
por el que miran mis ojos,
el negro es color que premia
la ausencia elidida de tu piel,
a gotas de tinta, se derrama un corazón
sobre una hoja de papel.
Postrada tu inocencia que a vicio me vence,
dos puntos equidistantes se acercan piadosos
entre una mirada tapada
y unos labios hermosos,
mientras florece serena la melancolía
por la que mi vida atardece.
La destreza sabia de mi mente
viaja hacia ti a pesar de la contra corriente
y a corazón traga silencio inminente,
que a duelo eterno, te me haces urgente
Ausencia de noches solas
de velas desgastadas,
humeantes y apagadas
locuras al despunte de las madrugadas.
Y la música tintinea en espacio y tiempo
y calma la mente subyugada
que a gritos secos se revela y traiciona,
por la alquimia frágil del lamento.
Imagen:©Kizki1313
A veces quisiéramos mostrar nuestra fragilidad, nuestra tristeza, nuestra sensación de soledad, nuestra culpa e intercambiar ese trozo de amor puro que sobrevive aún... y que sabemos sanaría todo lo anterior. Pero el miedo, el orgullo y ciertas conductas aprendidas de esta sociedad de seres supuestamente todo terreno e invencibles hace que nos quedemos masticando silencio ácido, lo cual aumenta con creces la infelicidad. Pero también existe algo que quebranta más aún el alma y es atreverse a mostrarse, tal cual como estamos sintiendo y que eso no sea acogido con la sensibilidad que merece. Cuando pase el tiempo, nuestro gran aliado, nos quedará la paz de haber sido genuinos, aunque para ello debamos tragar una injusta amargura a trozos gigantes que hiere el cuerpo y el corazón. El camino del amor es realmente un camino de valientes amigo. ¿Tu poesía? Ufff, me ha conmovido totalmente, me llega en un momento muy frágil de mi realidad. Sabes que admiro y valoro enormemente tu poesía y esta me ha tumbado realmente.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo querido amigo, espero que tú estés muy bien. Paty
Los silencios que se hacen eternos siempre cuestan, siempre...
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