Calentura
Fue un instante sin predicado
al sur del bulevar de los instintos,
nos cruzamos en el último peldaño
de la torpe gravedad
y como dos sumisos veleros
nos dejamos empujar
por el aire del incierto azar.
Tú querías la prioridad
de todos los instantes,
hacerte con el monopolio
de los deseos
y subastarlos en los mercados
de mi tiempo,
con el ímpetu de las flores
perfumando los estamentos
dibujabas efectos reales
en aquel nuestro firmamento,
yo Poseidón de los mares
contenía los exceso imperfectos
distrayendo los impulsos
de nuestras sangres
y en los orígenes del cuento
masticaba cada momento.
Tú perfilabas los contornos
entre diluvios de ansiedad
tratando de alcanzar
los tributos de la mismísima deidad,
yo comulgaba los elixires
en las pozas de tu paraíso carnal
con la gloria postrada
en la placidez terrenal.
Fuimos creyendo en lo verdadero,
en los epígrafes
de nuestro sendero,
como dos aves nómadas en su vuelo
alcanzamos los hitos del cielo,
hicimos de nuestros cuerpos
pasión en un edén al ras del suelo
y fundimos nuestras estirpes
alcanzando gemidos de consuelo.
Tú y yo en esta calentura.
Qué preciosidad, amigo Poeta. Ser de esa manera y poder alcanzar tal revelación para el otro.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y feliz comienzo de semana ♥
Hay calenturas que duran toda una vida, otras un corto espacio de tiempo, pero mientras se esta en ese fuego no hay mejor felicidad. Un bello poema , pero eso no me extraña leerte. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarEres un genio amigo, qué escena, me entró fuego a la piel, jajaja... es como una atracción fatal que te lleva a unión celestial.... Fantástico!
ResponderEliminarGracias, encendiste mi tarde. Besos.
Paty
Intenso y profundo poema tocando con delicada fineza el erotismo del deseo y los placeres de la fusión carnal, te felicito una vez más
ResponderEliminarUn abrazo poeta